Si algo caracteriza a la fiesta de las Fallas son las largas caminatas, algo especialmente habitual en el caso de los falleros que suelen tener numerosos actos y eventos de la comisión que implican largos recorridos y horas de pie.
Cualquier fallero sabe, especialmente si es fallera, que uno de los actos que más castiga a los pies es la tradicional Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados. Para que este acto no sea una tortura desde el Instituto Valenciano del Pie os proponemos estos consejos.
- El primero y más importante es acudir al podólogo unos días antes de empezar el ritmo frenético de las fallas para revisar nuestros pies y poder descartar cualquier problema grave.
- No estrenar zapatos para acudir a la Ofrenda, algo que no siempre se cumple. Si el zapato es nuevo hay que acomodarlo al pie los días anteriores con pequeños paseos.
- Elegir un calzado lo más flexible posible, de base ancha. No son aconsejables los modelos de puntera muy estrecha y con un tacón por encima de los 3cm.
- En el caso del hombre, las alpargatas son bastante más cómodas pero deben tener suela de goma para garantizar un buen agarre al pavimento y estar bien sujetas al pie por la zona del empeine.
- Los calcetines o las calzas típicas de la indumentaria de valenciana deben ser sin fibras artificiales y usar siempre las confeccionadas con fibras naturales como el lino o el algodón sin excesivas costuras que nos molesten.
- Llevar las uñas bien cortadas con forma cuadrada y no demasiado apuradas y la piel perfectamente hidratada.
- Durante la Ofrenda y sus muchas paradas, lo mejor es ir cambiando la posición de los pies. Para descansarlos podemos realizar pequeños movimientos en círculo con cada pie.
- Al llegar a casa, una buena forma de relajar los pies es ponerlos en alto para favorecer la circulación y realizar baños de contraste de agua tibia y agua fría realizando masajes desde los dedos hacia talón.