El adormecimiento de los pies practicando un deporte es una molestia bastante frecuente para muchos deportistas y una molestia que puede llegar a convertirse en dolor y arruinarnos las ganas de practicar deporte.
Uno de los deportes en los que es más habitual esta molestia es en la práctica del ciclismo. El adormecimiento de los pies al montar en bicicleta se puede producir en cualquier estación del año y no siempre se produce en invierno, cuando el pie se enfrenta a temperaturas extremas sin estar lo suficientemente bien protegido.
Usa unas zapatillas adecuadas a la forma de tu pie. Unas zapatillas que aprieten al pedalear debido a una horma incorrecta hacen que la zona de los metatarsos se comprima y no llegue correctamente el flujo sanguíneo a nuestros pies hasta que terminen por adormecerse. Y cuidado con apretar en exceso las zapatillas o estaremos favoreciendo la reducción del flujo sanguíneo tan necesario.
Unas calas inadecuadas. Al igual que las zapatillas, otro factor clave son las calas, es muy importante verificar que la cala está correctamente situada ya que en muchas ocasiones se colocan mal y están adelantadas.
Si se practica habitualmente ciclismo es muy recomendable acudir a un podólogo para realizarnos un estudio biomecánico. Nos podrá ayudar a una correcta elección del calzado y nos servirá además para colocar correctamente las calas, con las medidas exactas para nuestros pies.
Y sin olvidarnos que el podólogo podrá examinar nuestros pies y descartar cualquier problema como una metatarsalgia.
El adormecimiento de los pies es uno de los problemas más habituales que encuentran los ciclistas y es muy importante cuidar los pies para disfrutar con la práctica de este deporte.
Si el adormecimiento u hormigueo continúa al bajarnos de la bicicleta puede ser que sea debido a otras causas.
Por ejemplo un origen neurológico que son los que afectan a la conducción nerviosa y a la estructura encargada de transmitir la señal, es decir, al nervio. Algunas de las causas que pueden generar este problema son el daño a los nervios debido al consumo de alcohol, tabaco, o los fármacos de la quimioterapia. También toxinas en alimentos como los mariscos, o infecciones víricas entre otras patologías como la esclerosis múltiple, los neuromas, las neuropatías… que lógicamente escapan al área de la podología.
Otro gran grupo de patologías que pueden generar adormecimiento son los problemas vasculares por patologías como la arterioesclerosis, la trombosis, problemas en la microcirculación… etc.
El caso más sencillo de solucionar es cuando el adormecimiento se debe a usar un calzado demasiado ajustado, una lazada muy apretada o si estamos durante mucho tiempo en la misma posición hasta llegar al extremo de que se compriman las arterias de las piernas que dan aporte sanguíneo al pie.