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El 14 de noviembre de 2017 es la fecha elegida para la concienciación a nivel mundial de la diabetes.
El Día Mundial de la Diabetes se creó en 1991 como una oportunidad perfecta para dirigir la atención del público hacia las causas, síntomas, complicaciones y tratamiento de esta grave afección, que se encuentra en constante aumento en todo el mundo.
Este año 2017, la Federación Internacional de Diabetes (FID) ha decidido que el Día de la Diabetes se centre especialmente en las mujeres. Y los motivos son muchos.
Se calcula que en la actualidad hay cerca de 200 millones de mujeres con diabetes. Una cifra que se calcula que aumente hasta los 313 millones de mujeres en 20 años.
Sin embargo, las mujeres son más vulnerables ante la diabetes debido a unas barreras y condiciones socioeconómicas que todavía dificultan a las mujeres el acceso asequible a la prevención, detección precoz, diagnóstico, tratamiento y atención de la diabetes, especialmente en países en vías de desarrollo.
La diabetes es la novena causa principal de muerte entre mujeres en todo el mundo, causando 2,1 millones de muertes cada año.
En la actualidad, 2 de cada 5 mujeres con diabetes se encuentran en edad reproductiva y tienen más dificultades para concebir y pueden tener malos resultados en sus embarazos hasta elevar a un nivel preocupante los riesgos de mortalidad y morbilidad, tanto maternal como infantil.
Sin olvidarnos de que todavía, en 2017, la estigmatización y discriminación que afrontan las personas con diabetes son particularmente pronunciadas en niñas y mujeres.
Una enfermedad que también afecta a nuestros pies. Por culpa de la diabetes, los vasos sanguíneos se hacen más estrechos, reduciendo el flujo sanguíneo y los nervios se deterioran, disminuyendo la sensibilidad y alterando la anatomía del pie.
Estas complicaciones y anomalías producen el llamado pie diabético que ocasionan que los pies de los diabéticos sean más propensos a sufrir heridas o úlceras que tienen una lenta y difícil curación.
¿Todos los diabéticos van a sufrir esta enfermedad?
No tiene por qué ser así, la posibilidad de que una persona con diabetes desarrolle una herida o úlcera de pie diabético es de entre el 15% y el 25%. Un porcentaje que se dispara ante una diabetes no tratada ni controlada o asociada a otros factores como tabaquismo, hipertensión u obesidad.
El riesgo es muy alto en diabéticos con falta la sensibilidad, una mala circulación sanguínea o la presencia de deformidades en los pies. De todas formas, si se controla la diabetes y se siguen las recomendaciones dadas por su médico o podólogo disminuye el riesgo de complicaciones importantes.

