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El verano es la época del año en la que los pies están más expuestos al sol y a factores externos, y que más directamente entran en contacto con la superficie del suelo. También en verano por culpa del calor todo nos molesta y es habitual calzar un zapato más abierto, generalmente de suela plana y casi sin sujeciones. Esto no es lo recomendable porque puede producir varias afecciones en nuestros pies.
Estos meses solemos abusar de chanclas y sandalias y un uso prolongado de este tipo de calzado afecta a nuestras rodillas, espalda o planta del pie. Si calzamos este tipo de zapatos a nivel muscular podemos sufrir tendinitis y fascitis, especialmente si realizamos largas caminatas ya que el pie el que está sujetando al zapato y no al revés.
En verano es habitual moverse descalzos por la piscina, estos lugares pueden ser un paraíso que favorece los hongos o papilomas.
Estos meses mostramos más nuestros pies y las mujeres cuidan más su aspecto estético especialmente esmaltando las uñas. No hay que abusar del esmalte ya que el uso constante del esmalte seca y debilita las uñas. Esto convierte a las uñas en presa fácil para sufrir alguna enfermedad o una infección por hongos.
Principales recomendaciones
- Utilizar un calzado adecuado y que sujete al pie.
- Utilizar siempre chanclas en duchas o piscinas.
- Utilizar con moderación los esmaltes.
- Ante cualquier problema visitar al podólogo como medida de precaución, más vale prevenir, que lamentar.
- Existe el riesgo de caídas y traspiés: El pie no está sujeto de manera correcta, lo cual puede generar caídas de diversa importancia.
- Posibles heridas en los dedos pulgar e índice: Al ser el punto de sujeción de la tira de la chancla se pueden producir rozaduras o ampollas e
- Fascitis plantar: La forma de caminar a la que nos fuerzan las chanclas deriva en un estiramiento de la fascia plantar que puede acabar en una fascitis y alteraciones en la marcha.
- Dedos en garra: Debido a la falta de sujeción lo dedos tienden a terminar en la llamada posición de dedos en garra.
Los meses de verano con sus altas temperaturas, ambientes húmedos y su exposición al sol, no son la mejor época para nuestros pies. Pero no debemos alarmarnos, con unas mínimas precauciones, una buena higiene y secado podemos evitar la mayoría de los riesgos y cuidar la salud de nuestros pies.
1.Mirarse los pies
La inspección visual de la planta de los pies una vez a la semana. Llega el verano y pasamos muchas horas descalzos. En la playa, en la piscina, en la terraza… etc. Estos días es tan habitual andar descalzos que no es raro que nos clavemos algún objeto. En ocasiones minúsculos cristales u objetos tan pequeños que ni nos damos cuenta. La inspección visual nos ayudará a detectarlos.
Nota: Si localizamos un cuerpo extraño no intentar sacarlo a la fuerza, la mejor solución es acudir al podólogo para evitar un mal peor.
2.Protegerse los pies
Aplicar protector solar generosamente sobre el dorso del pie. Al igual que nos protegemos del sol el resto de la piel, los pies se queman de igual modo. No podemos olvidarnos en la playa o piscina de aplicarnos protector solar en la zona del dorso del pie, es una zona muy expuesta y que sufre quemaduras de gravedad con frecuencia.
Nota: Si te gusta andar por la playa debes aplicarte crema solar en el dorso del pie con frecuencia y utilizar una crema solar resistente al agua y de alta protección.
3.Secarse los pies
Los pies no se secan solos. En muy pocas ocasiones nos preocupamos por secar correctamente nuestros pies después de salir del agua. Existe la creencia de que los pies se secan solos y no es así.
Es un comportamiento muy típico el ponerse las chanclas o los zuecos directamente después de la ducha o de zambullirse. Es un error muy peligroso, debido a que el exceso de humedad en los pies debilita la piel y esto la hace más sensible frente a infecciones. Es imprescindible que siempre que salgamos del agua ya sea en la playa, en la piscina o en la ducha hagamos un buen secado plantar e interdigital.
4.No calzarse cualquier cosa.
No todo el calzado de verano es correcto para nuestros pies. Las famosas y veraniegas chancletas no deben de salir del espacio para el que fueron concebidas, playas y piscinas.
Y así muchos zapatos que usamos estos meses no son correctos para nuestros pies porque no reúnen una serie de características adecuadas, por ejemplo deben tener sujeción en el tobillo, unas suelas lo suficientemente gruesas, que no porten tiras ni adornos que ejerzan una presión desmesurada en alguna parte del pie… etc.
5.No dejar respirar a las uñas
Con la llegada del verano salen a la luz nuestros pies y cómo otras partes del cuerpo, queremos presumir de pies bonitos. Llevar las uñas pintadas no es recomendable si se hace continuamente. Nuestras uñas deben respirar y no debemos pintar capa sobre capa.
Lo idóneo es que nuestras uñas descanses tras haberlas llevado pintadas. Limpiamos bien las uñas con un quitaesmalte sin acetona y descansamos un par de días antes de volver a pintar las uñas del color de moda.
6.Aplica el sentido común
Y por último el más importante de los consejos. Ten cabeza con tus pies y en verano utiliza un calzado ventilado y cómodo, evita andar descalzo por piscinas, duchas o baños compartidos, mantén una buena higiena, córtate las uñas con cuidado sin cortar en exceso las esquinas, utiliza algún producto antitranspirante recomendado por tu podólogo para combatir el exceso de sudoración y el mejor de los consejos, cuida de tus pies todos los días el año, no sólo cuando nos hagan daño.