
El problema de la obesidad es una afección que ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial y por el que cada año mueren cerca de 3 millones de personas en el mundo por causa de la obesidad.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud en 2016 reflejaban que cerca de 2.000 millones de adultos tenían sobrepeso y 650 millones de ellos eran obesos. Y lo peor es que la prevalencia de la obesidad se ha triplicado entre 1975 a 2016.
En un gran porcentaje de los casos, la obesidad suele ser el resultado de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas. La disminución de la actividad física produce también un desequilibrio energético que desemboca en el aumento de peso.
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud y es un factor de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Y en muchas ocasiones se olvida que la obesidad también es muy negativa para nuestros pies. Ellos son los cimientos que sostienen todo el peso de nuestro cuerpo y en cada paso tienen que soportar entre 2 y 4 veces nuestro peso.
Sobrepeso u obesidad
En casos de obesidad y obesidad mórbida el peso corporal de una persona puede aumentar en un 30 a 40%. Nuestros pies deben soportar este tremendo peso extra que afecta notablemente a nuestra dinámica deambulatoria.
El peso corporal es directamente proporcional a la carga que soportan nuestros pies. No es lo mismo que nuestros pies soporten 60 kg que 120kg. Por eso, este sobrepeso tiene un impacto directo en las articulaciones, especialmente las de las extremidades inferiores, tales como cadera, rodilla, tobillo y a nivel general en los pies.
El sobrepeso es una de las principales causas que afectan a la salud de los pies y puede provocar diversas afecciones como dolor en las plantas, grietas en los talones o problemas circulatorios. El sobrepeso incrementa las posibilidades de sufrir fascitis plantar, espolón calcáneo o grietas en los talones, entre otros problemas.
En personas obesas se produce además un temido círculo vicioso, la obesidad dificulta que estas personas realicen los ejercicios o actividad física necesaria para aliviar sus doloridas articulaciones y no caiga en un indeseable sedentarismo. Para muchas personas con sobrepeso, caminar era la única forma de ejercicio físico que realizan y ahora está práctica ha desaparecido.
Es un escenario perfecto para el sobrepeso, aislamiento social, falta de actividad física, aumento de los niveles de estrés y en muchos casos de exceso de alimentos ultraprocesados.
La clave para evitar esta situación es empezar con pequeñas actividades físicas todos los días pero de manera rutinaria y sin saltarnos ningún día. Para ir aumentando progresivamente el tiempo dedicado a la actividad física. Esto lo debemos acompañar con un cambio de alimentación, ahora tenemos más tiempo para cocinar alimentos saludables y huyamos de la repostería o los alimentos ultraprocesados.
Recomendaciones del podólogo a una persona con sobrepeso durante el confinamiento
- Hidratar correctamente los pies. Las grietas en los talones pueden producirse debido a una mala circulación sanguínea por lo que es muy importante una correcta hidratación para aliviar el dolor y experimentar mejoría.
- Llevar en casa un calzado cómodo. Que sujete bien el pie pero que no llegue a apretarlo. Además, es aconsejable que esté fabricado con un material transpirable y tenga una suela antideslizante. Y lo podemos alternar con ir descalzos en casa con unos buenos calcetines.
Es muy importante cuidar nuestra salud y la de nuestros pies, al igual que llevar una alimentación equilibrada y practicar algún ejercicio.