
Las bajas temperaturas son un factor de riesgo para la salud de nuestros pies, especialmente en colectivos vulnerables como las personas mayores o los niños. Pero también es de importancia para las personas que practican deportes al aire libre durante los meses de invierno.
El frío y los cambios bruscos de temperatura afectan a nuestro cuerpo y, concretamente, a nuestros pies.
Hay dolencias molestas como los sabañones que constituyen una de las afecciones podológicas más frecuentes durante los meses de frio, sin olvidarnos de los eccemas y de la dermatitis. Para evitar estas afecciones debemos utilizar un calzado que permita transpirar el pie y evite humedades. Utilizar calcetines de fibras naturales o no calentar los pies acercándolos directamente a fuentes de calor, como estufas o braseros que propician la aparición de sabañones por el contraste del frio y del calor.
Y para las personas más sensibles es conveniente además el uso de cremas específicas que preparan la piel de estas zonas para las agresiones del frio y cierran las posibles grietas.
Aunque generalmente se suele hacer bien con el uso de calzado adecuado, el tema de los calcetines no solemos seguir las recomendaciones.
Generalmente debido a que el calcetín de fibras naturales como algodón, hilo o lana, al cien por cien es menos habitual y suelen utilizarse calcetines con mezcla de sintéticos. Es importante que no apriete ya que las presiones dificultan la circulación y aumentan los problemas.
Hay recomendaciones para las personas que van a estar muchas horas sentadas en ambientes frescos deberían hacer movimientos, y que se levante cada cierto tiempo.
Los baños de contraste entre agua fría y templada estimulan la circulación y tienen un efecto antiinflamatorio, recomendable si se padece de sabañones.
Los niños y mayores son los más afectados pero también las personas que practican deportes al aire libre como running o senderismo. Además de las personas que beben en exceso alcohol y son fumadoras, son dos características que contribuyen a una deshidratación de la epidermis que aumenta el riesgo de padecer sabañones.
Y muy importante, acudir al podólogo para revisiones periódicas y ante cualquier malestar. El podólogo es el único profesional especializado en el pie.