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¿Qué es el Pie Diabético?
Nuestros castigados pies soportan el peso de nuestro cuerpo y los maltratamos encerrados en apretados zapatos o asfixiantes zapatillas. Necesitan para su buen funcionamiento una adecuada circulación sanguínea y un correcto apoyo al caminar. En personas con diabetes pueden darse ciertas complicaciones que afecten especialmente a nuestros pies.
Por culpa de la diabetes, los vasos sanguíneos se hacen más estrechos, reduciendo el flujo sanguíneo y los nervios se deterioran, disminuyendo la sensibilidad y alterando la anatomía del pie.
Estas complicaciones y anomalías producen el llamado pie diabético que ocasionan que los pies de los diabéticos sean más propensos a sufrir heridas o úlceras que tienen una lenta y difícil curación.
¿Todos los diabéticos van a sufrir esta enfermedad?
No tiene por qué ser así, la posibilidad de que una persona con diabetes desarrolle una herida o úlcera de pie diabético es de entre el 15% y el 25%. Un porcentaje que se dispara ante una diabetes no tratada ni controlada o asociada a otros factores como tabaquismo, hipertensión u obesidad.
El riesgo es muy alto en diabéticos con falta la sensibilidad, una mala circulación sanguínea o la presencia de deformidades en los pies. De todas formas, si se controla la diabetes y se siguen las recomendaciones dadas por su médico o podólogo disminuye el riesgo de complicaciones importantes.
Cuidado básicos
- Se debe inspeccionar los pies a diario buscando rozaduras, cortes, llagas, ampollas, sequedad, callos o durezas. Hay que prestar mucha atención ante la aparición de juanetes o deformidades en los pies.
- Hay que revisar las uñas periódicamente. Una uñas de color oscuro, laminadas o muy gruesas pueden ser signo de una complicación.
- Prestar mucha atención al color de los pies. Unos pies de tono azulado o pálido son un indicio de una mala circulación mientras que unos pies enrojecidos está relacionado con una inflamación en los pies.
- Se deben lavar los pies todos los días con agua templada y con jabón neutro pero no más de 10 minutos y siempre secar los pies muy bien, especialmente la zona entre los dedos.
- Mejor que cortar las uñas, limarlas en horizontal con una lima de cartón y una vez por semana. Si nos pasamos y se cortan las uñas demasiado o cortar las esquinas puede provocar que crezcan hacia la piel, lo que se conoce como uñas encarnadas y nos puede provocar una infección.
- No es recomendable utilizar cuchillas, callicidas ni productos irritantes, si tiene callos o durezas acuda al Instituto Valenciano del Pie.
- Mantén tus pies sanos e hidratos con una crema hidratante adecuada y recuerda no usar la crema en la zona entre los dedos.
- Los calcetines mejor que no aprieten, sin costuras y nada de tejidos sintéticos. Lo idóneo es cambiarlos cada día.
- Nada de zapatos nuevos para todo un día, debemos ir usando el zapato nuevo de manera gradual y siempre debemos priorizar la comodidad a la estética. No debe oprimir los dedos. Evitaremos los tacones altos y los acabados en punta.
- Y es recomendable practicar ejercicio con frecuencia, un paseo de media hora al día mejorará la circulación sanguínea de nuestros pies.
Y recuerda, pide cita con nosotros ante:
De forma periódica debes acudir a un podólogo para que revise el estado de tus pies pero debes pedir cita con tu podólogo si detectas alteraciones en la forma de los pies, como juanetes, dedos en garra, callos.. etc.
Si has detectado uñas deformadas, encarnadas o con un aspecto raro. También si notas limitaciones en la movilidad del pie o cambios en su sensibilidad. Y especialmente ante la aparición de heridas, llagas, rozaduras o ampollas.
Para saber másEn el Instituto Valenciano del Pie te revisamos los pies de forma gratuita y nuestro equipo de podólogos te realizará una completa revisión de circulación, sensibilidad, deformidades, etc. Según los datos de la exploración estableceremos tu nivel de riesgo de sufrir una herida o complicación.