Aunque pueda parecer inofensivo, el cabello humano puede llegar a clavarse en la dermis de una persona. Porque al igual que nos podemos cortar gravemente con una hoja de papel, un cabello humano es capaz de atravesar la capa córnea intacta de las manos y de los pies.
Todos los peluqueros lo saben muy bien y seguro que alguna vez durante su actividad profesional, han sufrido este pequeño percance. Un problema que también puede sufrir un niño o cualquier persona en general, aunque los peluqueros profesionales son los que mayores precauciones deben tomar por su contacto constante con el cabello.
En los peluqueros en concreto, es frecuente que se produzcan en la mano izquierda, ya que es la que se utiliza para coger el cabello antes de cortarlo con la tijera que se lleva en la mano derecha.
Técnicamente cuando un pelo u otro objeto se llega a clavarse entre los dedos, en la planta o debajo de las uñas, se conoce como fístula interdigital, normalmente este percance se produce en las manos y los propios peluqueros si se dan cuenta, se extraen directamente el pelo antes de que se produzca una fístula persistente. Si no nos extraemos el pelo, con el tiempo se produce una fístula y una anidación de fragmentos pilosos en la dermis, llegando a producirse un granuloma inflamatorio.
Pero en ocasiones, y este es el motivo que preocupa a los podólogos, la fístula interdigital se produce en el pie, con el riesgo añadido de que este problema pasa inadvertido al paciente hasta que es realmente un problema.
Existe muy poca literatura médica en podología sobre este problema y muy pocos estudios salvo el publicado en la revista Actas Dermo-Sifiliográficas que recoge las lesiones presentadas por cinco pacientes, todas ellas mujeres y peluqueras de profesión que presentaban lesiones en los pies.
El problema es que las fístulas interdigitales fueron mal interpretadas como verruga plantar, un callo blanso, una tiña ungueal o un nevo melanocítico. Las pacientes habían sido tratadas erróneamente por los médicos de cabecera y dermatólogos sin conseguir terminar con el dolor que venían sufriendo durante meses.
La solución al problema fue relativamente fácil una vez determinado el origen del problema, se procedió a raspar con una hoja de bisturí la capa córnea perilesional y tras encontrar el pelo se retiró con una pinza y en pocos días se terminó con el dolor y las supuraciones.
El reconocimiento de las fístulas interdigitales de los peluqueros como una lesión habitual en la profesión sirvió para cuestionar todo el origen de los quistes sacros que hasta entonces se venían aceptando como una variante de los quistes dermoides.
La única razón por la que es más común que se produzca una fístula interdigital entre las mujeres es por el tipo de calzado. El zapato de mujer es más abierto y generalmente no se llevan calcetines, frente al zapato de hombre que suele ser más cerrado. Por otra parte, el uso de vestidos, batas o falda ayuda a que los pelos caigan directamente sobre los pies.
El número de casos y la inflamación, el dolor y la incapacidad funcional que puede producir deben ser suficientes para que los peluqueros tomen mayor concienciación de este problema usando la vestimenta apropiada y un calzado cerrado y más protegido.