
Este año la vuelta al cole es muy especial y también muy esperada por los niños y padres tras muchos meses sin poder volver a los centros escolares. Hemos preparado el material escolar y comprado el calzado adecuado. Ahora es el mejor momento para realizar una revisión de los pies de los niños antes de iniciar el duro curso escolar.
Estos días en los que se ultiman todos los detalles para la vuelta al cole y se compran muchas cosas necesarias, como el calzado que los niños llevarán durante muchas horas a lo largo de la jornada escolar. Antes de comprar el calzado para nuestros hijos deberíamos aconsejarnos por un podólogo que podrá ayudarnos a elegir el tipo de calzado adecuado para nuestro hijo.
No son raras las deformidades de dedos, uñas o de la marcha provocadas por la utilización de un calzado infantil incorrecto.
De igual modo que llevamos a nuestros hijos al oftalmólogo o al odontólogo de forma periódica para realizar un seguimiento anual debemos concienciarnos que igualmente deberíamos llevar a nuestros hijos al podólogo para que les realicen una revisión anual y detecte o prevenga cualquier posible anomalía.
Debemos recordar por ejemplo el estudio de la Universidad Miguel Hernández de Elche, realizado por el podólogo Roberto Pascual que reveló la alta incidencia de niños que acuden al centro escolar con un calzado inadecuado y la alta tasa de niños con pie plano infantil que no había sido ni detectado ni tratado.
De igual modo, en la consulta podológica podremos detectar cualquier problema de virus, como el papiloma u hongos muy frecuentes tras varios meses de verano con piscinas comunitarias.
La primera visita al podólogo
Si no hay ningún tipo de alteración manifiesta, la edad recomendable para visitar al podólogo por primera vez es entre los cuatro y los cinco años de edad, una franja de edad en la que ya se puede evidenciar cómo se ha constituido el pie.
Es importante recordar a los padres que los niños no deben acudir al colegio con zapatillas deportivas diseñadas para jugar al fútbol ya que poseen una horma estrecha, suela fina, multitacos y material artificial que puede afectar al pie del niño con un uso continuado. Igualmente el calzado con ruedines debe considerarse como un juguete y no como un calzado con el que acudir al colegio.
El calzado del niño
El mejor calzado para nuestro hijo es el que protege su pie sin deformar la marcha, facilitando el paso normal y que se adapta desde el primer día a las dimensiones del pie del niño.
Siempre debemos optar por calzado que lleven sujeciones como cordones o velcro y que impiden el deslizamiento del pie dentro del calzado. Lo idóneo es elegir un calzado elaborado con materiales naturales y flexibles que permitan la transpiración.
También debemos recordar que no es aconsejable utilizar el calzado del curso anterior o heredado de los hermanos mayores. Los pies de los niños crecen entre 7 y 8 milímetros cada 3 meses y antes de empezar el cole hay que comprobar que el calzado no le esté pequeño. Unos dedos de los pies comprimidos aunque no duelan, pueden generar lesiones y modificaciones en la marcha.
Al igual que no debemos comprar un calzado más grande del necesario para que le aguante todo el año, el niño andará incómodo y esto puede generar rozaduras y su marcha será inestable por más que el zapato se apriete en el empeine para asegurarlo.