
Con el fin de las clases escolares y la llegada del verano muchos niños cambian de calzado habitual. Muchos padres cometan algunos errores a la hora de escoger el calzado de verano de sus hijos y éstos afectan directamente a la salud de sus pies.
El principal de ellos es calzar a sus hijos todos los días con zapatos deportivos. Un estudio realizado por la Universidad de Jaén demostró hace unos años, que el uso de calzado deportivo modifica el patrón de pisada en los menores de entre 3 y 16 años, alterando la posición del pie hacia posturas menos saludables desde el punto de vista de la biomecánica.
El estudio investigó cómo afecta la edad, el sexo y el uso de calzado deportivo en los patrones de pisada durante la carrera desde edades tempranas hasta la adolescencia y los resultados obtenidos demostraron que en edades preescolares la prevalencia de apoyo con el talón es mucho menor que en la adolescencia, que es semejante a los adultos.
Los investigadores afirman que el cambio o deterioro del patrón de pisada con la edad de los escolares podría estar asociado al uso del calzado deportivo. Los datos son claros, entre los 3 a los 6 años, el 46% de los niños mostraba un tipo de contacto retrasado con el suelo en su pisada, apoyando antes el talón que el resto de la planta del pie. Mientras que en los adolescentes este porcentaje asciende hasta el 92%.
El estudio confirma que el deterioro de la pisada aumenta con la edad, por lo que se puede considerar el uso del calzado deportivo como la principal razón de esta alteración.
Es muy importante buscar la forma en que prevalezca el patrón más natural y por lo tanto más saludable. El estudio recomienda en los niños entre 3 a 16 años el caminar descalzos el mayor tiempo posible ya que esto ayuda a los niños a que su patrón de pisada permanezca por más tiempo.
Nada que ver con los adultos, ya que en un adulto el patrón de pisada puede estar ya deteriorado y si corriéramos habitualmente descalzos tendríamos un alto riesgo de lesiones.
- Por ello debemos alejarnos del uso del calzado deportivo y optar por un calzado sujeto al pie, pero sin presionar o comprimir en exceso, ya que es esencial para evitar la aparición de ampollas o rozaduras.
- Tiene que ser un calzado transpirable fabricados con materiales de calidad, alejándonos de materiales plásticos que no ayudan a transpirar.
- También tenemos que optar por un calzado cuya parte delantera sea flexible, así conseguimos que el pie pueda realizar determinados movimientos al caminar que nos ayudan a evitar sobrecargas u otras lesiones.
- Y recordemos que no todo el calzado es válido para todos los niños, no es lo mismo las necesidades de los niños más pequeños a los más mayores. Por ejemplo, en la playa, se puede optar por un calzado de tela cerrado o una sandalia de piel y una chancla cangrejera en zonas como piscinas.