Con la llegada del buen tiempo dedicamos el fin de semana a acudir a la montaña o a la playa a tostarnos al sol, bañarse o dar largos paseos. Seguro que no nos olvidamos de aplicarnos el protector sol por todas las partes de nuestra piel.
Pero por desgracia es habitual olvidarse de la crema solar en lugares como los tobillos, el empeine o los dedos de los pies.
En la actualidad es fundamental no olvidarse de estas zonas para protegernos de los efectos nocivos del sol, el sol llega de forma perpendicular a la zona del empeine, por lo que su impacto es aún mayor en esta zona, incluso cuando estamos andando por la orilla o remojándonos los pies dentro del mar.
El cáncer cutáneo en los pies se encuentra dentro de los cerca de los 4.000 casos de melanoma que cada año se detecta. Según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología, de un 2 al 8% de los melanomas diagnosticados se detectan en los pies.
En este caso, el melanoma que surge en las plantas de los pies o alrededor de la uña del dedo gordo se conoce como melanoma lentiginoso acral. Aunque se puede dar en las manos, lo normal es encontrarlo en los pies en forma de mancha oscura o puede desarrollarse dentro de un lunar.
El primer indicativo es la aparición de una mancha en la planta del pie que poco a poco va aumentando de tamaño. Este proceso puede durar meses o años y durante este tiempo las células malignas permanecen dentro de la epidermis.
Más grave aún es cuando las células dañinas entran en la dermis y el melanoma se convierte en invasivo. El melanoma lentiginoso acral es igualmente común entre los hombres y las mujeres, pero sí que es cierto es que es mucho más común entre personas de piel oscura.
Uno de los casos más conocidos quizás sea el del cantante Bob Marley al que se le detectó la formación de un melanoma acral lentiginoso en el primer dedo de su pie derecho, Marley deseó seguir adelante con las actuaciones programadas y ni se extirpó el cáncer ni se puso en tratamiento.
Causas del melanoma lentiginoso acral
El melanoma lentiginoso acral se produce por el desarrollo de las células malignas de pigmento a lo largo de la capa basal de la epidermis. Estas células aparecen de un melanocítico existente o directamente sobre la piel.
Se sigue investigando que causas provoca que los melanocitos se conviertan en malignos y el efecto de los rayos solares sobre la piel. Puede influir el tener antecedentes familiares de cualquier tipo de cáncer de piel.
El problema de este tipo de melanoma o del melanoma subungueal (cuando surge en la zona de las uñas), es su localización al ser zonas poco accesibles, el desconocimiento de la población y de que muchas veces se piensa que son simples manchas.
Como medida de precaución no debemos olvidarnos de ponernos crema solar en los pies, no andar descalzo sobre superficies muy calientes como la arena de la playa o baldosas y acudir al podólogo antes la primera anomalía detectada en la piel de los pies o en las uñas.
Los cánceres de piel del pie, como los carcinomas de células basales, ocurren con más frecuencia de lo que se podría pensar. Aunque son más comunes en áreas expuestas al sol como la cara, también aparecen en las extremidades inferiores. Hay tres cánceres distintos que pueden aparecer en el pie: melanoma, carcinoma de células basales y carcinoma de células escamosas.
La realización de inspecciones periódicas puede ayudar en la detección y el tratamiento tempranos para garantizar el mejor resultado. El ABCD del melanoma —Asimetría, Borde, Color, Diámetro — es una buena herramienta de evaluación a la hora de examinarnos.
- Asimetría: ¿La mitad tiene una forma diferente a la de la otra mitad?
- Borde: ¿El borde está irregular con muescas o descolorido?
- Color: ¿Es el color una mezcla de colores en lugar de un solo color sólido?
- Diámetro: ¿El diámetro es superior a 5 mm (el tamaño de la goma de un lápiz)?