Los pies sufren mucho durante el embarazo.
Durante los nueve meses del embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta una serie de transformaciones anatómicas y fisiológicas que se desencadenan para poder atender las nuevas necesidades que suponen llevar un bebé en constante crecimiento.
Algunas de estas transformaciones pueden suponer diferentes molestias para las madres. Una de estas molestias y, generalmente es totalmente ignorada, son los dolores, hinchazón y rozaduras que se producen en los pies durante los meses de duración del embarazo.
Durante el embarazo es normal que se produzcan problemas como edemas o hinchazón en la zona de los pies y tobillos por problemas circulatorios asociados al embarazo o problemas derivados del cambio en el centro de gravedad por la nueva situación del peso en la mujer, que provoca cambios en las presiones que soportan las rodillas y los pies.
Debido a estos cambios, suele ser normal que las mujeres embarazadas tiendan a balancear el pie hacia el interior en la marcha, una situación que a su vez puede degenerar en sobrepresión e inflamación.
En resumidas cuentas, los pies sufren mucho durante el embarazo. Lo normal es que las alteraciones desaparezcan tras el parto, pero en algunos casos, las alteraciones se hacen permanentes y lo conveniente es acudir a un podólogo para que revise nuestro caso.
Diversos estudios realizados estos últimos años han constatado que existen diferencias relevantes en el tamaño y forma de los pies de las mujeres durante el periodo de embarazo, especialmente durante los últimos meses de gestación.
Incluso se ha especificado que esta variación de tamaño puede oscilar entre los 2 y 10 mm, lo que equivale a medio número o un número de talla.
En la actualidad existe cierta discrepancia sobre el causante de esta variación de tamaño. Para ciertos investigadores los culpables de estos cambios son las hormonas, como la famosa relaxina, que causan que los ligamentos y las conexiones óseas femeninas se vuelven más laxas o flexibles y esto incluye una disminución de la altura del arco del pie.
Para otros investigadores el causante del aumento de la longitud y anchura de los pies en las embarazadas es el edema vinculado con la retención de líquidos o bien al incremento de tejidos blandos o grasa.
Y la gran pregunta es si este aumento de tamaño se mantiene después del parto. Pues lamentablemente no podemos dar una respuesta concluyente, en un alto porcentaje de mujeres los cambios se mantienen pero no es así en todo los casos. Lo que sí que es cierto es que estos cambios se dan en el primer embarazo, posteriores gestaciones no aumentan ni la longitud ni la anchura de los pies.
Nuestra recomendación es acudir a un podólogo cuando se experimenten las primeras molestas en los pies derivadas del embarazo para seguir las recomendaciones necesarias, como por ejemplo el tipo de calzado adecuado a la nueva situación, para que el dolor de pies por el embarazo no sea algo típico e inevitable de estos meses de gestación.
Y no queremos terminar sin dar las gracias a Sonia por estas estupendas fotos.