La uña es una estructura protectora muy importante para nuestros pies. Son las encargadas de proteger los vasos sanguíneos de los dedos y aumentan la precisión y la sensibilidad en los dedos de las manos y en los pies.
Y quizás te hayas dado cuenta de una curiosidad, nos crecen más rápido en verano que en invierno. Una curiosidad que tiene una explicación científica. La razón es debido a la temperatura propia de estos meses.
Recodemos que las uñas están formadas principalmente por células muertas endurecidas que contienen queratina, una proteína fibrosa que el cuerpo produce de manera natural y que aportar a las uñas su dureza y el calcio. El mayor aporte de queratina de las células muertas proviene de los propios huesos.
Pero si son células muertas, ¿por qué las uñas crecen? Las uñas crecen en su raíz, situada bajo la piel, no lo hacen por la parte exterior como podríamos pensar. Y son las propias uñas quienes regulan su crecimiento en función de sus necesidad de queratina. El crecimiento se realiza cuando las células nuevas van sustituyendo y empujando a las viejas.
La raíz de la uña y la zona de la matriz tienen muchos vasos sanguíneos, es una zona muy vascularizada. Y las temperaturas altas y que muchas veces los rayos del sol inciden directamente en nuestras uñas, provoca que se produzca una mayor vasodilatación. Esta llegada de sangre ayuda al crecimiento de la uña.
El efecto contrario se produce en invierno, en el que las bajas temperaturas que sufren los pies producen la vasoconstricción y la llegada de menos sangre, lo que reduce el crecimiento de la uña.
En verano nuestras uñas sufren más debido a la sencilla razón que somos más activos y multiplicamos las ocasiones en las que vamos descalzos.
Pasamos muchas horas a remojo tanto en la playa como en la piscina y nos olvidamos que las uñas son más permeables que la piel y el tener mucho tiempo los pies en el agua puede llegar a reblandecerlas y volverlas más vulnerables.
Sin olvidarnos del riesgo de infecciones bacterianas o fúngicas que pueden producirse en ambientes húmedos como las piscinas comunitarias. Las uñas de los pues están en constante crecimiento y actividad.
Las uñas crecen 0,1 milímetros cada día aunque depende de la edad, la persona, el dedo, la época del año o, incluso, el deporte que practiquemos habitualmente. Con este crecimiento las uñas de los pies tardan en volver a crecer completamente de 12 a 18 meses.
Las uñas crecen de forma diferente en las manos que en los pies. Las de las manos pueden crecer de media unos 3 milímetros al mes, mientras que las de los pies crecen de forma más lenta.