Llega el calor, volvemos a la playa o a la piscina, sacamos la ropa de verano del armario y volvemos a comprar y aplicarnos cremas solares. Nadie duda en prestar una atención especial a la piel de la cara y el cuerpo. Protegernos del sol es necesario y conveniente, pero también debemos acordarnos de otras zonas sensibles, como los pies, que volvemos a enseñar después de muchos meses a cubierto.
El calor, el contacto continuado con el agua del mar y la piscina, la sequedad o la humedad en determinados ambientes, el uso de un calzado inapropiado… desde la llegada del calor y el destape de nuestros pies los maltratamos sin ser conscientes de que los pies soportan nuestro peso corporal y los debemos de cuidar todo el año.
Antes que nada debemos preguntarnos si tenemos los pies preparados para enseñarlos. Quizás debamos ponernos en manos de un podólogo para ayudarnos a realizar una puesta a punto. En el Instituto Valenciano del Pie somos expertos en quiropodias y en el cuidado del pie en general y estaremos encantados en ayudarte para preparar tus pies para su particular operación bikini.
Os recordamos que una quiropodia es un tratamiento podológico que consiste en la eliminación de callosidades y alteraciones en las uñas de los pies. Después de la puesta a punto, es importante seguir una serie de consejos durante estos meses en los que desterramos del cajón de los zapatos a botas y zapatos.
- Aunque no lo parezca, las altas temperaturas pueden resecar la piel de los pies lo que los deshidrata. Esta deshidratación produce durezas en los talones y en otras zonas de apoyo del pie. Para mantener los pies bien hidratados lo ideal es realizarse todas las noches la misma rutina. Hidratarse lo pies aplicándose una crema hidratante, si ya hay grietas deberemos usa una crema emoliente a base de urea.
- Mantener una correcta higiene de los pies y aprovechar las duchas para cuidar nuestros pies. Es importante secar cuidadosamente los pies, insistiendo en la zona entre los dedos, ya que la humedad favorece el contagio de hongos.
- Después de cada baño en la playa o en la piscina hay que secar bien los pies y debemos recordar que es perjudicial permanecer muchas horas dentro del agua, esto provoca una maceración de la piel, que la vuelve más vulnerable ante cualquier problema.
- Aunque todavía no tengamos el sol de justicia de los meses de verano, no debemos olvidarnos de los pies a la hora de aplicar la protección solar. Hay que protegerlos con crema para el sol, al igual que se hace en el resto del cuerpo y especialmente la zona del empeine.
- Todos conocemos a personas que llega el calor y se calzan las chanclas y sandalias durante todos estos meses y para cualquier situación. Un grave error, esta costumbre puede favorecer la aparición de hongos, rozaduras o durezas, y provocar varias lesiones.
- El motivo es que este tipo de calzado no sujeta bien al pie por lo que hay peligro de esguinces por la marcha inestable que provoca este calzado. Además, las tiras de piel o material sintético pueden provocar rozaduras y ampollas.
- Las chanclas las dejaremos para la piscina, duchas o lugares húmedos con agua en el suelo y que nos aíslen de infecciones u hongos. El calzado de verano debe facilitar la transpiración y ser de materiales naturales para evitar que suden y se recalienten los pies. El calzado debe sujetar adecuadamente al pie y si tiene tacón, no debe exceder de los 2-3 cm.
Todos estos consejos te ayudarán a mantener unos pies sanos este verano que tenemos tan cerca.