Si algo caracteriza a las Fallas son las largas caminatas, algo especialmente habitual en el caso de los falleros que suelen tener numerosos actos que implican largos recorridos y horas de pie.
Y cualquier fallero sabe que uno de los actos que más castiga a los pies es la tradicional Ofrenda. Para que este acto no sea una tortura desde el Instituto Valenciano del Pie os proponemos estos consejos.
El primero y más importante es acudir al podólogo unos días antes de los principales actos falleros para revisar nuestros pies y poder descartar cualquier problema grave.
También es muy importante no estrenar zapatos para acudir a la Ofrenda, algo que no siempre se cumple. Si el zapato es nuevo hay que acomodarlo al pie los días anteriores con pequeños paseos.
Sabemos que el calzado de mujer dentro de la indumentaria valenciana es muy particular, pero debemos intentar elegir el modelo más flexible posible, de base ancha. No son aconsejables los modelos de puntera muy estrecha y con un tacón por encima de los 3cm.
En el caso del hombre, las conocidas alpargatas son bastante más cómodas pero deben tener suela de goma para garantizar un buen agarre al pavimento y estar bien sujetas al pie por la zona del empeine.
A la hora de adquirir los calcetines o las calzas típicas de la indumentaria de valenciana debemos evitar las fibras artificiales y usar siempre las confeccionadas con fibras naturales como el lino o el algodón sin excesivas costuras que nos molesten.
El día de la Ofrenda debemos tener los pies en perfecto estado de revista, con las uñas bien cortadas con forma cuadrada y no demasiado apuradas y la piel perfectamente hidratada.
Durante el acto y sus muchas paradas, lo mejor es ir cambiando la posición de los pies. Para descansarlos podemos realizar pequeños movimientos en círculo con cada pie.
Y al llegar a casa, una buena forma de relajar los pies es ponerlos en alto para favorecer la circulación y realizar baños de contraste de agua tibia y agua fría realizando masajes desde los dedos hacia talón.