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La teoría dice que la primavera en el hemisferio norte del globo ha empezado el pasado martes 20 de marzo, exactamente empezó a las 17:15 según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.
Un arranque más teórico que real ya que seguimos con temperaturas máximas bastante bajas.
Pero lo que tiene la primavera es que sin darnos cuenta volveremos a tener que enseñar nuestros pies. Las botas y el calzado cerrado van a ceder el protagonismo a las sandalias y el zapato abierto.
1. Elige un buen calzado
Y con el problema añadido de no saber bien qué zapatos debemos utilizar estos meses de tiempo tan cambiante. Si por el día las temperaturas nos piden un zapato abierto, al llegar la noche, las temperaturas más bajas nos van a indicar que deberemos utilizar un zapato cerrado.
Si optamos por un zapato cerrado es necesario que sea flexible y que permita la transpiración. Al subir la temperatura exterior también sube la temperatura de nuestros pies y si el calor se queda atrapado esto beneficia la sudoración excesiva y una probable aparición de hongos.
Y el zapato abierto tipo sandalias tiene que poder sujetar al pie ya bien con unas tiras o una zona dorsal. La suela debe ser semirígida para una correcta absorción del impacto y antideslizante.
Pasar del zapato de invierno al zapato abierto implica el dejar de utilizar calcetines y esto hace que el pie esté en contacto directo con el zapato, con el peligro de rozaduras que puede aparecer si el zapato no es confortable.
Y os volvemos a recordar que las chanclas solo sirven para usar en ambientes húmedos como piscinas o en la playa y durante periodos de tiempo muy limitados.
2. Unas uñas en perfecto estado de revista.
Las uñas son muy importantes por tener una función de barrera protectora muy importante. Debemos aprender a cortar las uñas de la manera correcta, el corte debe ser cuadrado sin dejar bordes irregulares.
Estos meses marcan el inicio de la temporada del esmalte de uñas y no debemos utilizarlos de manera prolongada ya que podemos estar generando un ambiente idóneo para la aparición de hongos.
3. Visita al podólogo
Acude a un podólogo de confianza para una puesta a punto. Como profesional especialista en nuestros pies podrá examinarlos y comprobar que no existe ninguna patología que se podría agravar más en los meses siguientes.