El olor a pies es uno de los problemas que más incomodidades genera a quien lo padece, hasta el punto de que puede interferir en nuestra vida social.
Los científicos han descubierto que los osos tienen una forma muy peculiar de comunicarse entre sí, a través del olor de sus pies.
Y no debe extrañarnos mucho esta forma de comunicación ya que las glándulas sudoríparas y sebáceas de los pies de los osos emanan un olor característico para cada oso. Se han identificado hasta 26 compuestos químicos que los osos utilizan para identificar de qué oso exactamente se trata.
El ser humano no llega a ese nivel de comunicación química pero sí que comparte con los osos el olor de pies.
En los pies hay 250.000 glándulas sudoríparas, las responsables de emitir el sudor. Pero el sudor no es causante de mal olor, el problema es cuando se mezcla sudor con bacterias.
Este problema, conocido con el nombre técnico de podobromhidrosis puede tener varias causas, las más comunes son un exceso de sudoración, la infección por hongos, algún trastorno metabólico o el uso inadecuado de calzado fabricado con materiales sintéticos.
El problema del exceso de sudoración aumenta estos meses de primavera en los que todavía no se utiliza zapato de verano pero las temperaturas a las que se ven sometidos nuestros pies son elevadas. Se calcula que los pies producen hasta un litro de humedad cada día y el promedio de sudoración varía mucho según las personas.
Aunque pueda parecer mucha cantidad de sudor, la mayor parte de la humedad producida en los pies se evapora. Pero otro pequeño porcentaje es el que llega a mezclarse con las bacterias causantes del mal olor.
Estos meses de calor seguimos usando zapatos cerrados y calcetines y este tipo de calzado no permite la correcta evaporación del sudor, lo que es un caldo de cultivo ideal para que las bacterias campen a sus anchas.
La combinación de calor, zapato cerrado, calcetines, sudor y bacterias es un coctel perfecto para el mal olor de pies.
El olor a pies es uno de los problemas que más incomodidades genera a quien lo padece, hasta el punto de que puede interferir en nuestra vida social.
Por suerte, existen diferentes pautas a la hora de prevenir el olor de pies así como para combatirlo.
- Primero que nada es utilizar el calzado apropiado para cada época del año. En estos meses de más calor, el zapato a utilizar debe favorecer que el pie respire de forma adecuada. No es conveniente calzar zapatos con materiales plásticos o sintéticos y si no tenemos más remedio que usarlo, lo mejor es no llevarlos todo el día y limpiarlos tras su uso con algún producto bactericida.
- No usar calcetines confeccionados con materiales sintéticos. Para esta época del año lo mejor son los calcetines de materiales naturales, como la lana y el algodón.
- Tolerancia cero ante los hongos. La presencia de hongos en los pies es una de las causas más frecuentes del mal olor. Ante la primera sospecha de la presencia de hongos debemos en ponernos en contacto con un podólogo para que nos aconseje el tratamiento que necesitamos para librarnos de ellos.
- La higiene diaria. El mejor remedio es una buena higiene con agua y un jabón neutro y antibacteriano. Hay que eliminar las bacterias muertas que puedan quedar en los pies y secar muy bien la zona existente entre los dedos.
- Vive con tranquilidad. Aunque no lo creas, el estrés también se ve reflejado el mal olor de pies. En situaciones de estrés o de ansiedad, nuestro organismo libera hormonas que estimulan a las glándulas del sudor, dando lugar a la hiperhidrosis. Por otra parte los cambios hormonales también influyen en el olor de pies, por eso los adolescentes tienen más probabilidades de sufrir olor de pies que en su edad adulta.
Si no consigues terminar con el olor de pies lo mejor es que te pongas en las manos de un podólogo que podrá establecer las causas y el origen del problema y encontrar la solución idónea para tu caso en particular.