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La práctica de un deporte no tiene por qué conllevar de manera obligatoria el tener una o varias uñas negras. No es una seña de identidad entre los corredores o los deportistas. Todo lo contrario, tener una uña negra es un importante problema no solo estético, nos puede llegar a afectar incluso en la forma de correr o impedirnos practicar nuestro deporte favorito.
¿Cuál es el motivo de la aparición de las uñas negras?
Nuestras uñas están formadas principalmente por células muertas endurecidas que contienen queratina, una proteína fibrosa que el cuerpo produce de manera natural, como curiosidad podemos decir que las uñas de las manos crecen cuatro veces más rápido que las de los pies.
Las uñas negras son un problema bastante común que ha incrementado con el auge de la práctica del deporte, especialmente con el running. Las alteraciones del color natural de la uña pueden darse principalmente por dos motivos, por razones fisiológicas o por hematomas subungueales.
Entre las razones fisiológicas encontramos las infecciones por hongos, el melanoma o el nevus matricial. Pero las razones que interesan a los deportistas son los hematomas subungueales.
Una de las razones más habituales de la uña de corredor es la aparición de la uña negra por traumatismos repetitivos. Este traumatismo se produce de forma casi imperceptible en el pie del corredor en cada paso. Este fenómeno ocasiona que se acumule sangre debajo de la uña produciendo el característico color.
También son muy proclives a sufrir esta afección los corredores de montaña que corran por zonas con mucho desnivel ya que es habitual que en las bajadas de las pendientes choquen los dedos contra la punta de la zapatilla.
Otra razón es recibir un golpe directo sobre la uña, pero en este caso afecta igualmente a todas las personas, deportistas o no.
¿Cómo se previene la aparición de las uñas negras?
La prevención es nuestro mejor tratamiento. Recordemos que unas uñas excesivamente largas o mal cortadas aumentan las posibilidades de padecer esta lesión.
Es muy importante llevar el calzado correcto, que respete la morfología del pie. Si compramos unas zapatillas de una talla inferior a la que necesitamos los dedos del pie se comprimen y se golpean en el interior.
Si por el contrario es una talla excesivamente grande, faltará agarre entre los dedos y esto provocará que choquen entre sí.
Es fundamental llevar la talla justa y que necesitemos. Y aunque parezca raro, no sólo en un pie, sino en los dos. No tenemos el mismo tamaño de pies y hay casos, aunque sea imperceptible a la vista, que incluso necesitemos tallas diferentes.
Y tampoco debemos olvidarnos de los calcetines, deben ser de fibras naturales que mantengan siempre el peco seco y así eviten que el pie resbale y choque con la punta de la zapatilla.
¿Cómo curar una uña negra?
Si llegamos tarde y tienes una uña negra, el mejor consejo es que acudas a un podólogo. Es el profesional sanitario capacitado para tratar y solucionar este tipo de problemas.
En la mayoría de los casos será necesario drenar la sangre acumulada en la uña y con un procedimiento indoloro y rápido se consigue aliviar la uña y se inicia su recuperación.
Si no acudimos a un podólogo lo habitual es que la uña termine cayéndose. La uña cada vez se pondrá más negra y nos molestará más hasta que empiece a crecer otra uña por debajo. Un proceso que puede durar muchas semanas y meses y que hubieras podido evitar fácilmente.