
La osteoporosis es una enfermedad que afecta a los huesos, una afección progresiva que se caracteriza por una disminución de la masa ósea. Hablamos tanto de disminución de las proteínas que constituyen su estructura como del calcio que contiene.
Su significado literal es «hueso poroso» y se puede desarrollar durante muchos años sin que notemos nada, ni síntomas ni molestias.
Los huesos tienen menos resistencia a las caídas y se rompe con relativa facilidad tras un traumatismo, produciéndose fracturas o microfracturas.
Uno de los primeros lugares donde se puede observar los efectos de la osteoporosis es en los pies. Hasta el extremo de que en muchas ocasiones el primer signo de la osteoporosis es una fractura por sobrecarga.
Los pacientes de osteoporosis por lo general suelen ser mujeres de edad avanzada y corren el peligro de romperse los huesos de la cadera, la columna o la muñeca.
Una de las fracturas más habituales es la temida fractura de cadera. Aunque aún no está estudiado si primero se produce la fractura de cadera por la enfermedad o la persona se tropieza o se cae por algún problema derivado de la osteoporosis en los pies.
Ante la osteoporosis podemos frenar sus efectos y combatir su aparición mediante una dieta adecuada rica en calcio y Vitamina D. También la práctica de ejercicio físico y prescindir del tabaco y el alcohol.
El calcio es vital para la salud de nuestros huesos y no solo durante nuestra niñez o juventud. El calcio es un nutriente esencial durante todas las etapas de nuestra vida y tiene un papel clave para mantener la calidad de nuestros huesos.
Las recomendaciones sobre la ingesta diaria de calcio están en:
• Hombres y mujeres de 9 a 18 años: 1.300 mg por día
• Mujeres y hombres de 19 a 50 años: 1.000 mg por día
• Mujeres embarazadas o en período de lactancia hasta 18 años: 1.300 mg por día
• Mujeres embarazadas o en período de lactancia de 19 a 50 años: 1.000 mg por día
• Mujeres y hombres mayores de 50 años: 1.200 mg por día
Son alimentos ricos en calcio los productos lácteos incluyendo al yogur y al queso. Otros alimentos ricos en calcio son las sardinas en conserva, las almendras, las avellanas, las gambas y langostinos, los garbanzos o las verduras de hojas verdes como por ejemplo el brócoli.
En determinados casos el calcio obtenido de la alimentación no es el suficiente y deberemos acudir a los suplementos dietéticos pero siempre en las cantidades recomendadas por un profesional médico.
Y sin olvidarnos que el ejercicio físico diario nos ayuda a reducir la pérdida ósea al mismo tiempo que le brindan muchos beneficios saludables adicionales. Actividades diarias como caminar o subir escaleras son ejercicios fáciles de realizar y muy recomendables.