Desde el Instituto Valenciano del Pie no comprendemos la costumbre de calzar a los bebés prematuramente. En el mercado encontramos una gran gama de calzado para preandantes que consideramos innecesaria.
La literatura médica y científica existente sobre este aspecto es bien clara. No existe ningún argumento científico ni podológico que justifique la necesidad de calzar los pies del bebé preandante.
Todo lo contrario, todos los estudios existentes en relación al desarrollo psicomotriz del niño, tratados de neurología y las principales teorías sobre el desarrollo de la inteligencia en el niño aconsejan descalzar al bebé.
Se ha demostrado que el estímulo sensorial que el bebé recibe por medio de sus pies descalzos en un excelente impulso para el desarrollo intelectual del bebé.
Incluso en los meses de mayor frío o si vivimos en países de frío intenso, existen medios para calentar los pies del bebé como los calcetines y no es necesario calzarlos con zapatos para preandantes.
Para un bebé, el mundo sensorial es muy importante y necesario para su desarrollo cognitivo. Al inhibir la sensibilidad de los pies con el uso de calzado estamos impidiendo que reciban información del mundo exterior a través de sus pies. Los pies son unos excelentes transmisores de información de indicadores como texturas, contacto o incluso de la temperatura.
Por otra parte, el calzado también impide el libre movimiento de los dedos de los pies y todo el que observe un bebé podrá ver el elevado nivel de movimiento de los dedos de los pies de un bebé. Hasta podría decirse que juegan con sus dedos constantemente.
Las teorías de desarrollo cognitivo han descrito cómo el contacto con el mundo exterior permite la maduración del sistema nervioso y el desarrollo intelectual. Por eso es necesario dejar que los pies del bebé exploren el mundo que los rodea. Los dedos de los pies y la planta del pie deben tocar las texturas y superficies irregulares del exterior.
Este contacto con presiones, irregularidades, texturas… etc le ayudarán a mejorar la posición de articulaciones y reforzar la musculatura.
Por eso se desaconseja calzar al bebé preandante y no debemos impedir al niño a conocer con sus pies el mundo que le rodea.